lunes, 22 de noviembre de 2010

Qué dureza, aunque las verdades a veces duelan.

Esta entrada tenía la intención de hablar de dos cosas principalmente (e intentar de alguna forma conexionar ambas): la primera, la estupidez de algunas personas, pero esta vez solo aquellas que son estupidas, no se si me explico, por ejemplo, aquellas que son bufonas de los demás por dinero, o mejor aún aquellas que son bufonas porque su espíritu no da para nada más.
La segunda, la riqueza de algunas personas. Aquellas que van contracorriente, aquellas que tienen sus criterios, inalterables e incorruptibles. Aquellas a las que se la suda la moda, los estereotipos actuales...

La idea surge de dos cosas, la Jenni y la Estrella. La primera es una estrella televisiva de telecinque. La segunda, mi profesora de cine en el último año de carrera. La primera ídolo de masas, y la segunda, fumada en potencia. La primera me hace dudar del humano. La segunda me inquieta.

Dudo que algún gobierno jamas lo gobiernen Estrellas pero estoy seguro que el gobierno quiere que seamos Jennis en potencia: mucho pecho y poco seso. Ya se que la chavala no tendrá la culpa, pero no creo que sus padres la tengan tampoco, ni los colegios a los que fue, los maestros que tuvo o los novios con los que estuvo, pero es que no da para más... o sí, para que yo pierda mi tiempo aquí escribiendo sobre ella, al final el patético soy yo.

La verdad es que no quería decir mucho de ella, pero al final me lio. Quería realmente hablar de Estrella y su columna de El País del sábado. La mayoría conocen lo que escribe y cómo lo hace, pero muchos ni la citan por resultar la mayor parte de las veces, digamos...incomoda. Esta vez habla de los impresionistas, que poco más y los quiere borrar de la historia del arte por..., por..., por eso. Vaya por delante que a mí la mayor parte del arte actual me parece un vómito mal hechado y que los impresionistas me gustan, pero me gusta mucho más que una mujer llegue y le diga al mundo que son una puta mierda, con dos ovarios.

Y no es que lo diga alguien que no sepa de que habla, es decir, no es lo mismo que cuando uno dice "no a los toros" y no tiene ni puta idea que son los toros, no, esta señora al parecer entiende y todo. Lo mejor de todo, o la conclusión que yo saco, es que somos muy Jennis, de la misma manera que ella... que ella... en fin, eso, nosotros vamos a las exposiciones porque tienen mucha publicidad y porque alguien dijo alguna vez que eran arte. Estrella habla de un arte burgués, de un arte fácil, si me apuran un arte sencillo, tal vez no en la ejecución si no en el fondo... (un cagardo plantado en el suelo y que huele a mierda... es más sencillo todavía, es decir, son lo mismo? Pues no lo sé, pero por lo menos lo pienso). Habla también de lo quien que se entienden, lo poco que te hacen pensar, lo poco que te alteran y te inquietan, en definitiva lo muy rápido que puedes pasar y decir que bonito, y ya está. Menciona además esa tradición muy nuestra de preferir esto, lo seguro, lo que no nos altera... esto si que me hace pensar, y puede que sea el gran motivo de esta entrada.

He recordado lo fácil que es sentirse seguro, lo poco que nos gusta arriesgar, lo muy influidos que estamos por los demás, aquello que dicen nuestros padres de "más vale pájaro en mano...", síp, eso es lo que he recordado. Ejemplifiquemoslo, en el caso de preveer un futuro tranquilo, sin sobresaltos, sin altercados y buenas ganancias y otro en el que sean nuestras pasiones las que dominen el cotarro sin saber qué pasará mañana aún sabiendo que puede ser maravilloso, o no, pero diferente todos los días, con qué te quedarías? Es más, arquitecto o funambulista?

Cada cual escoge su camino, pero no es siempre el sencillo el que lleva a la felicidad.

Yo por de pronto el miercoles iré a ver la exposición de los impresionsitas. Ya sé que me gustará. También visitaré la Casa Encendida para ver On and On, muy contemporánea ella, mañana no será como hoy y cambiará todos los días, cuando será más bella? mañana o pasado? Inmutable o mutable, lo de siempre, lo esperado o lo sorpresivo e inesperado... qui lo sa.

Ars longa, vita brevis.

lunes, 15 de noviembre de 2010

Producto.

No sé ni cómo ni por donde empezar. Tengo un rum-rum en la cabeza desde hace semanas, y en vez de volverme loco a ponerlas todas en el blog, me calmo, no lo apunto en ningún lado y así me paso ahora, que desastre.
Quería hablar del deporte envenenado por el dinero, pero no sale. Quería hablar de la intrusión de las marcas hasta en el w.c., pero tampoco. Quería hablar de la sensibilidad que me producen los dementes, drogadictos, ancianos y niños, no es el momento. Quería hablar del, espero, final del arte "nuestro", sin fuerzas. Quería hablar de la belleza nocturna toledana, nada. Quería no pensar en que cada vez más todo vale y más vale el morbo que nada, imposible. Quería hablar de tod@s los que fueron, ya no son, y de aquell@s que están dejando de serlo por su propia cuenta y riesgo. Quería hablar de tí pero no puedo. Quería hablar de las ganas que tengo de volver a París o Florencia, no es posible. Quería hablar de los que sí que son algo en la historia y de los que no lo serán nunca aunque tengan esos manidos "15 minutos de gloria", uf (que grande Berlanga, y que grandísimo Manuel Alexandre, siempre me arrepentiré de no haberme acercado y haberselo dicho). Quería hablar de mis miedos a morir y no ser más que otro nada.
En definitiva todo aquello de lo que este producto se nutre día a día.
Más, mi familia, mis amigos, Madrid, el italiano, la "futura" muestra fotográfica de cuerpos desnudos, o la futura obra de teatro, los olores que me retrotraen al pasado (no olvidaré nunca la berza)...
Qué placer, sigo pensando que soy un producto, totalmente producto de mi tiempo, no puedo quitarme eso de encima, pero no estoy terminado como ayer pensaba, quedan resquicios por los que volver a sonrier e inquietudes por las que sufrir, en definitiva motivos por los que vivir y seguir reconstruyendo este producto, cual piezas de lego que quieren llegar al fin del mundo, o aviones pilotados por "clics" que envían fotos desde el espacio. Genial, todo está en los juguetes.
Sí, eso eso es, sigo siendo un niño. Hoy encerrado en un cuerpo semiadulto, que ve cómo lentamente se va marchitando, pero al fin y al cabo un niño.